
Creo que es el momento justo para explicar cual es nuestro papel en el cambio educativo que proponemos, desde el punto de vista de posicionamiento, nosotros tenemos un método totalmente universal y atemporal, que podría mutar en el sistema educativo, a todo nivel y aportar valor, así como ser un revulsivo para la competitividad futura de nuestra empresas. Vamos aportar nuestra experiencia en los campos de las emociones, de la creatividad, de la toma de decisiones, en la automotivación, campos hasta ahora inexplorados en el sistema educativo. Creo que a mayores de aportar, puede ser interesante demostrar la universalidad aplicándolo a las etapas más tempranas de la educación.
Como bien sabéis tenemos un sistema educativo que tiene su base o su pilar fundamental en la parte cognoscitiva, dejando los otros pilares del conocimiento, como satélites o para el desarrollo foráneo. De la que el test de inteligencia, (IQ siglas en inglés), es el verdadero caballo de batalla, donde si no eres rápido o tienes un mal día o simplemente el día que te lo hacen estás con fiebre, simplemente determina que eres poco inteligente y que tienes pocas posibilidades en la vida. Quien se lo diaria al zaparero de mi pueblo que es la persona más feliz y sin haber hecho el IQ, igual podía ser astronauta y montar una zapatería en la luna, "ojo lo de zapatero no tiene segundas".
Nuestro primer impulso, ya que queremos ayudar, es ir a hablar con el ministro de educación, evidentemente el está para otras cosas, pero nos recibe una persona de su equipo, creo que no hace falta hablar demasiado, por que mantenemos una enorme discreción. Pero era momento de explicar que un ministro no tiene competencias de cambiar o redireccionar un sistema educativo obsoleto, creado en la revolución industrial. Sino que las competencias las tienen las autonomías. Tal vez el cáncer sean las autonomías, pero igual habría que flexibilizar el modelo, adaptarlas a las demandas del estado, etc.