Es muy difícil que una situación desesperada cuando sobreviene no nos pille con el pie cambiado, y a las mujeres nos ha pasado durante siglos muchas veces. Nos sentimos descolocadas por ello y lo normal es que por un lapso de tiempo nos tenga desorientadas.

 

 

 

 

 

Os estoy hablando en tu esfera personal, en tu trabajo y hasta contigo misma (a veces “un chispazo”, una situación nueva, inesperada puede hacer que nos replanteemos muchas cosas) es muy normal porque como digo somos personas y nos afecta en gran medida el entorno, y a veces a las mujeres nos afecta en mayor medida.

Además somos humanas y como nos cuesta cambiar, muchas veces no nos anticipamos aun cuando intuímos algo ( la intuición femenina tan famosa) y las situaciones llegan simplemente, culminan los procesos y cambia nuestra realidad. Y a veces, en este momento, siempre cambia a peor.

Esa realidad en el primer momento la vemos en nuestra contra, como adversa y enemiga de nuestro yo. Rebélate, busca la oportunidad, la doblez de la situación si no te gusta como te sienta esa nueva “ropa” de realidad. Te aseguro que vas a encontrar una nueva para vestirte y que te siente como un guante.

Lo que no debes hacer es perder tu norte como la brújula de piratas del Caribe que marcaba siempre lo que desea tu corazón. Tu brújula interior debe re-enfocarse y tampoco marcar al mismo norte de siempre.

Empezando en ti plantéate quién eres, cómo has llegado hasta aquí y a dónde te gustaría llegar. Siguiendo por tu entorno más inmediato, piensa cómo les afectaría un cambio profundo, radical, o incluso uno más liviano.

Porque así como nosotras somos las protagonistas, la siguiente capa, la familia es aún más importante. Todo cambio que abordes debe venir siempre acorde a las necesidades, anhelos e inquietudes de tu entorno más cercano.

Estoy de acuerdo con la propuesta de Genaro e Iván para coaching, y creo que se amolda a las necesidades propias de nosotras como emprendedoras. Porque estas dos primeras bases ( la propia y la del entorno familiar más cercano del que muchas veces somos las “cohesionadoras “) asientan la tercera que es la de la relación con nuestro entorno como profesionales en nuestra empresa, la que formamos, o la línea que creamos como intraemprendedoras dentro de la firma actual o a la que nos vayamos.

Si recuerdas he empezado el post con un mensaje muy directo: busca tu sitio y ni siquiera lo cuestiono porque pienso que ese sitio “nuevo” sí existe. Sólo hay que encontrarlo, y saber hacerlo está dentro de ti. Pero para ello hay que empezar desde ya.

 

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