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Hace tiempo, cuando se empezaba a preparar la introducción del euro en las economías de Europa recuerdo que una de las preguntas que plantearon los economistas por aquel entonces versaba sobre la posibilidad de que se produjesen crisis económicas en unas naciones sí y en otras no y cómo afectaría ello a la estabilidad de una moneda que se asentaba en una zona monetaria “no óptima” , según el lenguaje de los economistas. A este fenómeno se le denominó el de las “crisis asimétricas”.

 

 

 

Lo cierto es que, con todo el respeto, y sin ánimo de entrar en discusiones económicas (como sabéis no es este el foro), hoy podemos concluir que una crisis en uno de los países miembros conlleva tarde o temprano un contagio a los demás “socios”. Es decir, que todos sufren consecuencias del problema de uno cuando están unidos por un vínculo como el de usar la misma moneda.

Yo creo que esta reflexión la debemos de tener muy en cuenta cuando hablamos y tratamos a las personas que forman parte de nuestras organizaciones.

Puede parecer que nuestras empresas sean una “balsa de aceite”, en las que todo desde un punto de relaciones personales vaya de maravilla, pero un pequeño chispazo las puede descolocar, llevándonos de manera brusca a la realidad.

Esa realidad es una falsa sensación que dan los que forman nuestras organizaciones de sentirse a gusto, motivados e integrados , en definitiva alineados con los valores, necesidades y coyuntura de la empresa y que puede truncarse de la noche a la mañana.

Entonces, ¿qué pasa cuando esto no es del todo cierto? Me refiero a que alguien o un grupo de personas se “salen de la media “de la felicidad en nuestra empresa. Es decir que existe esa “asimetría” en la situación de las personas que forman la organización.

Pues te lo adelanto, que la situación es muy probable que derive en una “contaminación” de estos a los demás. Seguro que más temprano que tarde va a haber un contagio hacia los que realmente están alineados (si me permites la palabra). Todos hemos sido testigos alguna vez de esta situación.

Nuestra exigencia a los líderes de nuestros Partners es que se anticipen a esta situación. Es exigible que trabajen a su gente, en los tres niveles básicos de la persona: ella en sí, su entorno más cercano ( familia y amigos) y relaciones en la empresa para que puedan estar equilibrados y centrados. Hay herramientas y se pueden poner en nuestras manos. Es nuestra propuesta de coaching 3.0 que se deriva de nuestra misión. Ya sólo queda que aceptes el reto, nos va mucho en ello.

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