Quiero decir……. por la buena gestión, por hacer las cosas bien y por buscar la excelencia en todas y cada una de nuestras acciones. También buscar la responsabilidad en lo que debemos hacer bien y en buscar el mayor conocimiento y la formación.

 

En esto incluyo nuestra gestión de recursos humanos. Es la base de nuestra propuesta y no es negociable. No es concebirle en la situación que vivimos que haya profesionales que se queden “quietos”. Que piensen que mientras no se mueve nada mantendrán su estatus dentro de las organizaciones, pero no buscan formarse ni formar a sus equipos, ni tener que molestar a sus superiores. No vaya ser que pierdan su privilegiada situación.

Pero mientras esto sucede os aseguro que la empresa lo nota. Se paralizan proyectos, el personal se empieza a impacientar y lo observa y esta situación que deriva hacia el pesimismo acaba en un pasotismo –si me permitís la expresión- que es una de las lacras de nuestras organizaciones.

El otro día estaba con un buen elemento de una organización que pasa por una reestructuración corporativa muy importante en un sector maduro. Con amplia formación y experiencia, no se quejaba de la crisis, ni que la empresa en la que estaba lo pasaba mal y había que apretarse el cinturón – lo entendía perfectamente. Se quejaba de su jefe, y os aseguro que ese “lider” no había dado la talla. Es crudo pero es así, sólo se puede decir de una manera: las expectativas que estaban puestas en el líder se habían venido abajo, porque ese jefe no había apostado por la gestión. Buscaba mantenerse, sin hacer ruido, sin ni siquiera ayudar a su gente en estos momentos delicados, no vaya a ser que se moleste “a los de arriba” y eso ha hecho que en los últimos momentos todo su equipo lo haya notado.

Pues bien todo eso se acaba traduciendo en la cuenta de resultados. Porque nuestras organizaciones son dinámicas, nuestras personas no son piezas de un tablero de ajedrez que dejemos apartados y que podemos mover en un momento dado a nuestro antojo como la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas.

La innovación- ya hemos hablado hace tiempo que nos sacará de esta crisis – necesita de nuestra gente, que debe moverse, automotivarse y también ver que nosotros nos preocupamos por ellos. ¿Y cómo van a pensar que nos preocupamos por ellos si no nos movemos, si lo que queremos es mantener nuestro estatus?

La palabra clave es ilusión y esa actitud viene desde muy dentro de todos nosotros. Sé que no es este un buen momento, hay turbulencias, problemas etc… pero se puede cambiar. Podemos entrenar actitudes y buscar, y lo más importante: conseguir. Está en nuestra mano, se puede aprender. Ya sabes lo que te queda: aceptar el reto porque nos va mucho en ello.

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