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De la Wikipedia: Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.

Realmente , en la historia de la empresa y en la del mundo científico ha habido muchos ejemplos sobre hallazgos, descubrimientos, creaciones o simplemente nuevas soluciones que se han generado de “manera espontánea” de modo que, o bien el genio que lo encuentra estuviera buscando otra cosa, o simplemente experimentaba con algún material propio de su trabajo o simplemente se produjo un error , descuido, ..etc, sin consecuencias funestas , eso sí ( me refiero a que no explotó nigún componente de determinada mezcla, ni nadie salió herido por un  error en una metodología.. etc). Hablo en realidad de “casos de éxito” por supuesto.

 

 

Ejemplos,  podríamos agrupar muchos: desde la invención del post it por el Dr. Silver que supo ver el uso de una partida de pegamenteo en la empresa 3M a la que un operario olvidó añadir un aditivo fundamental  para poder marcar las hojas de su Biblia los domingos y así no tener que indicar los salmos con papelitos que se le caían, hasta el principio de Arquímedes, a quien se le ocurrió el mismo mientras se bañaba y desparramaba una cantidad de agua por encima del borde de su barreño equivalente al volumen de su cuerpo (la imagen de salir desnudo a la calle gritando de gozo por el hallazgo la dejaremos para posteriores estudios) , o la manera en que el Dr. Fleming, estudiando unas bacterias en  su laboratoiro llegó a dar con la penicilina tras la combinación de estas con un hongo de manera accidental, o el propio descubrimiento por parte de Isaac Newton de la fuerza de la gravedad sentado debajo de un manzano.

Es muy saludable recordar en este punto que la capacidad emprendedora corporativa: el (intra)emprendurismo muchas veces se aprovecha de la “serendipia” y desarrolla nuevos productos, o nuevos modos de hacer las cosas en las empresas o simplemente diferentes maneras más productivas de realcionarse con proveedores, clientes, o entorno gracias a descubrimientos que podría ser que no se buscasen de manera directa. ¿Serendipia o buen hacer de las gentes que forman parte de nuestras organizaciones? Realmente quiero convencerte de que no es tanto la suerte como el trabajo, y que esto se puede trabajar y controlar. Simplemente gestionando la capacidad emprendedora corporativa de tu empresa, lo que nosotros  llamamos (intra)emprendurismo.

Digo esto porque, a pesar de que no se busquen de manera directa, tiene un mérito tremendo lo que hacen estos (intra)emprendedores desde sus puestos de trabajo para poder llegar a algo nuevo, diferente y constructivo, que a veces se infravalora debido a que se dice por los pasillos de nuestras firmas: -“Lo consiguió de chiripa” – usando un término muy castizo.

Así, para mí el mérito es incluso mayor, y lo voy a tratar de justificar con los siguientes puntos, comunes a todos estos (intra)emprendedores. Como siempre, quizá no sean todos los puntos a incluir, pero sí los más determinantes:

i) Absoluto aprecio por los profesionales que “hacen las cosas bien”. Frente al desprecio por el conocimiento, la razón, y la búsqueda de nuevos modos (mejores ) de hacer las cosas. Los entornos donde se pueden desarrollar estas nuevas creaciones son respetuosos con estos empleados, y “les dejan trabajar”.

ii) Siendo los primeros en llegar a un punto, están abocados a tener éxito. El hecho de que no buscasen lo que consiguieron no es cortapisa para que estuviesen despiertos sabiendo que aún no existía, y por ello con los “mimbres” con los que contaban pudieron crear algo nuevo.

Parafraseando a Donald Rumsfeld cuando en 2002 dijo en rueda de prensa :-“ Sabemos que hay cosas que no sabemos. Pero también existen cosas desconocidas que no sabemos, aquellas que no sabemos que no sabemos”. Estos (intra)emprendedores tenían la intución suficiente, fruto del conocimiento  de su profesión y del entorno donde se movían que, lo que habían obtenido por casualidad era algo radicalmente diferente.

iii) Lo que obtuvieron se podía medir. Tanto en términos económicos, como de uso, como de proyecciones de futuro. Esto es capital dentro de nuestras empresas para poder dar salida y convencer al entorno de que merece la pena apostar por un proyecto nuevo.

Muchas veces – ya lo hemos dicho en este foro- nuevos y buenos proyectos no salen a la luz por el propio obstruccionismo del responsable directo del colaborador que genera la idea. Ayuda – y de qué manera- que los nuevos proyectos sean radicalmente medibles y podamos realizar una buena presentación “con cuentas, no con cuentos” para poder convencer de la bondad del proyecto en nuestra propia casa.

iv) Normalmente este tipo de “descubrimientos” hace que cambie la manera de plantearse la realidad del entorno a los que afectan. Por ejemplo, del descubrimiento del gran Isaac Newton, hizo que se cambiase la manera de entender el movimiento de los objetos. Hasta entonces el rozamiento era algo que no se conocía, y no se sabía la realidad de por qué una pelota se para o dirige hacia un lado u otro o si la luna nos acompaña en el movimiento orbital de la Tierra.

En una empresa sucede de ¡gual manera, si hay una nueva manera de hacer cosas desarrollada por un (intra)emprendedor, o un nuevo porducto, seguro que el entorno se verá afectado . Ya lo hemos comentado más veces, de una manera “extensa”: clientes, competidores, proveedores, reguladores, mercado, los propios empleados de la firma… A todos puede en algún momento afectar de un modo u otro.

Como conclusión, en las firmas donde se obtienen nuevos bienes que vender, modos de hacer las cosas que transformar o nuevos modelos de relación con clientes, proveedores, ..etc que mejoran la eficiencia, hacen que se aumenten las ventas o cualquier mejora operativa, en definitiva , donde se busca la mejora contínua hay un espacio, un caldo de cultivo para el (intra)emprendurismo. No se llega a la excelencia por casualidad, se debe de trabajar en ello. Tú líder tienes en tu mano gestionarlo, merece la pena, acepta el reto.  Nos va mucho en ello.

 

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