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Hace unos meses que escribimos un artículo que ha tenido muy buena acogida por todos vosotros: la inteligencia del (intra)emprendedor. Gracias a vuestras citas y apoyos seguimos desgranado todas y cada una de las 6 inteligencias que hemos detectado.

En su día, definíamos Inteligencia pasional: Hace ya muchos años que el genial Daniel Goleman acuñó el término que todos hemos estudiado y admirado de “inteligencia emocional”, tan genial en su época como ahora insuficiente. En nuestra época para crear las nuevas líneas de negocio y los nuevos negocios no es suficiente ser alguien con una trabajada y dominada inteligencia emocional, hoy más que nunca necesitamos que nuestras empresas cuenten con gente apasionada por su trabajo. La idea ya la hemos abordado desde muchos puntos en esta web y nos por ello no lo vamos a dejar de difundir: el (intra) emprendedor se siente desarrollando su idea en un ambiente de fluidez mental porque hace algo que le apasiona. Hay que trabajar y crear organizaciones que fomenten la “inteligencia pasional”, aspecto clave de la capacidad emprendedora corporativa.

 

Es decir, se puede ser “inteligente emocionalmente “, pero si no se aplica pasión, se es un “catalizador de chispazos comprometido” nunca seremos buenos (intra)emprendedores. Vamos a tratar de ver el aspecto de manera global. Es necesario para crear un producto o negocio contar con un proyecto,  personas que lo lleven a la práctica, un inmovilizado a disposición de estos, capacidad para adquirir el circulante que necesitan , saber distribuirlo, gestionar que llegue a mercado, et……….Yo me pregunto: - “¿Sólo con eso?”.

 

Os aseguro que he visto empresas que eran verdaderas maestras en todos y cada uno de los aspectos de su cadena de valor, pero… no tenían el “pegamento necesario” que los unía: la pasión. El hecho de que su gente diga:- “ Adelante, podemos, y nos gusta lo que hacemos” es imbatible. Creedme: hoy es más fácil encontrar todos los imputs necesarios para un negocio, pero el aspecto diferencial de los grandes es que cuentan con gente apasionada en su labor.

Yo no digo que Kodak no se haya salvado de su desastre porque su gente no fuese apasionada en su labor, seguro que había dentro gente muy “entregada”, pero a un proyecto que languidece por un cambio que se excede de su ámbito y que son los nuevos usos y costumbres derivados de las nuevas tecnologías, seguro que es la pasión lo que le puede salva.

Os pongo un ejemplo inverso, desde la invención y salida al mercado de coca-cola, ¿cómo y cuánto han cambiado los usos y costumbres de los usuarios?  Yo creo que todos estamos de acuerdo en que las personas hoy, sus necesidades, etc. son radicalmente diferentes a cómo eran en 1886, cuando se inventó el refresco. Pues bien me diréis que la gestión ha sido mejor que en Kodak, que había desde la propia firma una meta hacia donde ir en cada momento, …etc.  Y yo os digo que seguro que es así. Pero os  apuesto a que es imposible mantener una empresa en ese nivel de liderazgo en su sector sin tener gente que haga las cosas no por el mero hecho de que se las manden, es decir, que no les apasione lo que hagan.

Fijaos que en todo este escrito he tratado de ir más allá de la propia actitud de las personas, para mí es insuficiente. No es sólo medir cómo somos y nuestras circunstancias, el tema es más transcendente, es conseguir que en nuestras organizaciones las personas se apasionen por lo que hacen, les fluya el tiempo y no se den cuenta.  Se trata de que las apetencias personales coincidan con las aptitudes naturales de las personas para llevar a cabo tareas y que estas coincidan con las necesidades de  nuestras empresas.

Facilitando todo esto estaremos más cerca de conseguir una empresa con una amplia capacidad emprendedora corporativa, plagada de redes de (intra)emprendedores. Tú líder tienes en tu mano gestionarlo, merece la pena, acepta el reto.  Nos va mucho en ello.

 

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