La presencia física y mental.
Es condición necesaria, que no suficiente, en una negociación que se encuentren presentes en la misma dos –sino más- partes. Pero que esa presencia sea efectiva, real, si me permitís que las personas que buscan el “deal” estén en cuerpo y en espíritu, en definitiva “involucrados” en la conversación, en la transacción.